Hacer home office no es lo peor que te pueda pasar en el mundo; de hecho, es una práctica cada vez más usual en varios empleos, que ayuda a disminuir emisiones contaminantes, a aprovechar mejor el tiempo y las energías de las personas, y a reducir gastos de oficina.  

Quitémonos los prejuicios. Trabajar en casa no significa hacer menos o hacer más de lo qué haces cuando estás en una oficina. Al contrario, significa hacer exactamente lo mismo pero aprovechando mejor los recursos.

1.- Elige un espacio 

Elige el espacio de tu hogar para trabajar. Busca, en la medida de tus posibilidades, que esté ordenado, que tenga iluminación, que sea cómodo, que motive tu creatividad y, lo más importante, que te permita concentrarte. 

Busca que el espacio que elijas tenga buena señal de internet y de teléfono móvil para que no necesites moverte constantemente. 

2.- Músicas y silencios

Esto depende mucho de tus niveles de concentración. Algunas personas se distraen fácilmente y les funciona el silencio total, al menos mientras redactan o revisan algún documento. Si la música te hace sentir acompañad@, puede funcionar que pongas música sin letra o algún sonido que te transmita tranquilidad y armonía. 

3.- Horarios

Tener horarios de trabajo y de descanso es fundamental. Trabajar en casa no quiere decir que estás disponible las 24 horas del día para responder correos, llamadas o mensajes del trabajo. Tampoco quiere decir que, porque estás en tu hogar, vas a trabajar en un proyecto desde que sale el sol hasta que se mete.

Define horarios para empezar a trabajar. También define periodos de descanso para tomar un desayuno, comer o sólo tomar un respiro. Es fundamental que establezcas y comuniques un horario límite para terminar tus actividades. 

Para revisar si este horario es suficiente, también plantéate metas de trabajo. Si las consigues en el tiempo programado, vas por buen camino; si no lo consigues, intenta extender una hora tus horarios de trabajo pero sin sobrepasar las ocho horas diarias y sin eliminar tus periodos de descanso. 

4.- Agua y comida

Asegúrate de tener cerca de ti una jarra de agua y tu taza de café abastecidas para mantener tu cuerpo hidratado. También busca fruta o una pequeña porción de botanas por si te da hambre, especialmente aquellas que te den energía.

5.- Fuera distractores

Identifica todos esos elementos que te causan distracciones y elimínalos de tu vista. ¿Una vez que se prende la televisión no puedes dejar de verla? ¿Pláticas demasiado con las personas a tu alrededor? ¿Una vez que tomas el celular no puedes soltarlo?

Cada quien conoce sus límites. Se honest@ contigo mism@ y aléjate de esos factores que te impiden trabajar.

6.- Hazlo disfrutable 

Aunque se requiere cierta disciplina y nuevos hábitos, no conviertas tu nuevo espacio de trabajo en un lugar que odies. Al contrario, toma esta oportunidad para crear en tu hogar un espacio ideal para que surjan a borbotones las ideas. 

Puedes decorar ese espacio a tu gusto, con cosas bonitas que detonen tu creatividad y te den placer de sólo verlas: cuadros, cojines, colores, fotografías, mensajes; también puedes hacer aromaterapia o poner sonidos relajantes o música que te haga sentir bien. A veces, sólo se necesita una silla confortable, una mesa en una altura adecuada y un buen café.

Profesor Marco Antonio Arriaga Hernández.

Departamento Tecnologico