El lenguaje infantil es un proceso que está estrechamente relacionado con el desarrollo total del niño. Pero ¿Cómo sabemos si mi hijo o hija está desarrollando adecuadamente el lenguaje? Hay pautas de desarrollo que son “esperadas” en la mayoría de los niños, puede ser que en algunos sea un poco más tarde o más temprano que observemos dichas pautas. Tomemos como referencia las siguientes: • 18 A 24 MESES Entre los 18 y 24 meses, la mayoría de los niños cuentan con un vocabulario mayor a 50 palabras, combinando de 2 a 3 palabras en una frase, da inicio al habla “sintáctica”; es decir, el niño comienza a articular palabras en frases y oraciones simples. “Zapato papá” “Sopa silla” • 2 A 3 AÑOS Hacia los dos años el niño posee un vocabulario aproximado de 300 palabras. En sus expresiones suele observarse que comienza a utilizar los pronombres personales “Yo” y “Tú” y el posesivo “Mi” y “Mío”. Sus frases expresan intención y acción: “hace lo que dice y dice lo que hace”. 

En esta edad surge la función simbólica en el niño. Con la capacidad simbólica, sus gestos y sus expresiones verbales comienzan a referirse cada vez con mayor frecuencia a realidades más abstractas, haciéndose más dominante en el lenguaje. • 4 A 5 AÑOS El niño empieza a utilizar los pronombre en el siguiente orden: Yo, Tú, Él, Ella, Nosotros-as, Ustedes; contando con un vocabulario de 1,500 palabras y a los cinco años, 2,300 palabras aproximadamente. Entre los 4 ó 5 años, el niño suele estar capacitado para responder a preguntas de comprensión referentes al comportamiento social aprendido, dado que su lenguaje ya se extiende más allá de lo inmediato. Esto se debe a la capacidad simbólica del niño y, como tal, puede evocar y representar mentalmente las cosas, acciones y situaciones, trascendiendo la realidad y el presente. • 6 A 7 AÑOS • El niño manifiesta una madurez neuropsicológica para el aprendizaje y un lenguaje cada vez más abstracto. Debido al “dominio” del lenguaje el niño puede percibir distintas unidades lingüísticas dentro de una lectura o discurso, percibiéndolo como un todo. El niño supera también el período egocéntrico y su pensamiento se torna lógico-concreto. Ahora es capaz de tomar en cuenta los comentarios y críticas de los demás con respecto a su persona, lo cual no ocurría en edades anteriores. Esta capacidad de descentración hace que el niño tome conciencia de sí mismo, asumiendo un auto concepto y una autoimagen adecuada o inadecuada, lo que influirá en su adaptación y desarrollo de personalidad. Si bien, todos los pequeños tienen un desarrollo diferente, es necesario que observemos los logros que van alcanzando. ¿Tienes dudas sobre cómo avanza tu pequeño?