repostería francesa fue construyendo su historia poco a poco, año tras año. Con cada invención y cada nueva receta se fueron sentando las bases de este arte culinario original de nuestro país vecino

Su influencia en la repostería y en la cocina internacional ha sido enorme, se puede decir que casi todos los países han imitado en mayor o menor medida las recetas de los postres franceses. No obstante, cada uno de ellos lo ha adaptado a sus ingredientes autóctonos y sus particulares formas de hacer y sus costumbres, con lo cual han dado otra dimensión a la elaboración y decoración de postres, enriqueciéndola.

La repostería francesa, con su incesante aportación gastronómica ha experimentado una evolución constante a lo largo de los tiempos, con el descubrimiento e integración de nuevas técnicas e ingredientes. Fue la primera cocina del mundo que dio a los chefs pasteleros categoría de celebridades.

historia de la repostería francesa

Los inicios de la repostería francesa. De la Antigua Roma a la Edad Media

Se tiene constancia de que en la Antigua Roma comenzaron a establecerse las diferencias entre las profesiones de pastelero y panadero. Hacia el siglo IV antes de Cristo, los llamados pastillariorum preparaban un tipo de pastelería mezclando miel y harina y añadiendo fruta.

Ya en la Edad Media, en París se elaboraban los denominados beuignets, a base de médula, huevos y salsa de higos. En esta época se va diferenciando el oficio de pastelero (pâtissier) del de cocinero. Los pasteles pierden el carácter sagrado que habían tenido en otro tiempo y pasan a considerarse platos festivos. Empiezan a popularizarse preparaciones  básicas que hoy en día nos suenan a todos: crêpes, flanes, croissants…