Mantener una vivienda climatizada, especialmente las menos eficientes energéticamente, conlleva
un coste importante, tanto en emisiones a la atmósfera, como en gasto en energía. Por ello, optar
por la energía solar para el mantenimiento de la temperatura de los hogares y, por qué no, para
aportar agua caliente, solventa de un plumazo ambos problemas. Sin embargo, a veces no es tan
sencillo dar el primer paso.

¿Cómo funciona la energía solar térmica?, ¿qué puede ofrecer y, más allá, qué tipos de colectores
solares existen?

Claves del funcionamiento de un sistema solar térmico.
Frente a los clásicos paneles fotovoltaicos, que capturan la energía del sol para su conversión en
corriente alterna, los sistemas solares térmicos tienen muchas ventajas, lo que hacen es
aprovechar el calor de la radiación para climatizar una vivienda o para calentar el agua caliente
sanitaria, entre otros potenciales usos, a los que se suma el de caldear una piscina, por ejemplo.

Para lograr lo anterior, son muchos
los equipos necesarios dentro de
un sistema para el
aprovechamiento de la energía
solar térmica. No obstante, apostar
por ella traerá beneficios, tanto
para el medio ambiente, como
para el propietario de la vivienda.
Solo hay que echar un ojo a las
facturas para entenderlo.

Aproximadamente la mitad del
coste lo produce, directamente, la calefacción. Así, abogar por la energía solar térmica, por sí sola
o con el respaldo de un sistema auxiliar, reducirá drásticamente el gasto en energía de cualquier
vivienda.