Liderazgo y participación de las personas con discapacidad en la construcción de un mundo postcovid inclusivo, accesible y sostenible
Este año el tema del Día Internacional de las Personas con Discapacidad (IDPD) es “Liderazgo y participación de las personas con discapacidad en la construcción de un mundo postcovid inclusivo, accesible y sostenible“.
La inclusión de la discapacidad es condición esencial para el respeto a los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la paz y la seguridad. También es una cuestión clave para cumplir con la promesa de “no dejar a nadie atrás” de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Respetar los derechos de las personas con discapacidad no es solo una cuestión de justicia, sino una inversión en nuestro futuro común.
La crisis provocada por la pandemia de COVID-19 ha agravado las desigualdades existentes y ha puesto de manifiesto el grado de exclusión y la necesidad imperiosa de incluir a las personas con discapacidad – unos mil millones de personas en el mundo. Son uno de los grupos más excluidos y más afectados por las crisis.
Incluso en circunstancias normales, las personas con discapacidad tienen más dificultades para acceder a salud, educación, empleo y participación social. Necesitamos un enfoque integral para no relegar a nadie.
La inclusión de la discapacidad resultará en una respuesta frente a la COVID-19 y una recuperación de la crisis más efectiva e igualitaria.
La Estrategia de las Naciones Unidas para la inclusión de la discapacidad
La Estrategia de las Naciones Unidas para la Inclusión de la Discapacidad constituye la base de un progreso sostenible y transformador hacia la inclusión de la discapacidad en todos los pilares de la labor de las Naciones Unidas. Con esta estrategia, las organizaciones del sistema de la ONU reafirman que la realización plena y completa de los derechos humanos de todas las personas con discapacidad es un componente inalienable, indisociable e indivisible de todos los derechos humanos y libertades fundamentales.
Contexto
El Día Internacional de las Personas con Discapacidad fue declarado en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución47/3. El objetivo es promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.
Lo más importante es nuestra forma de pensar y de acercarnos a los niños. Tenemos que mantener una postura curiosa, interesada y sin prejuicios hacia los niños, de modo que transmitamos que estamos interesados en aprender, no en arreglar o juzgar.
Preguntar a los niños: “¿Por qué te peleas tanto con todo el mundo?”, “¿Qué te pasó?” o “¿Por qué te va tan mal en el colegio?” no son invitaciones a hablar. Los niños y adolescentes tienden a cerrarse cuando se les hacen preguntas que suenan como acusaciones. El lenguaje negativo se centra en un comportamiento indeseable en lugar de comprender el problema que subyace al comportamiento.
La curiosidad y el interés deben ir acompañados de la preocupación y la empatía. Mejor prueba con esto: “Parece que te cuesta más empezar a hacer los deberes, y antes no era así. Me preocupa que algo haya cambiado y me gustaría entenderlo un poco mejor”.
Otros ejemplos de buenas formas para iniciar la conversación son los siguientes: “Esta pandemia ha sido dura en muchos sentidos y todo el mundo la ha vivido de forma diferente. Parece que no te estás comportando completamente como tú mismo, y yo estoy aquí para escucharte. Podemos superar todo esto juntos”.
También puedes ser directo: “Me preocupa que puedas estar pensando en hacerte daño. ¿Estarías dispuesto a hablar de ello y de lo que te preocupa?”. Este tipo de preguntas invitan a un mayor diálogo y dan al niño o adolescente la oportunidad de abrirse.
A través de la clase de Educación Física los niños aprenden, ejecutan y crean nuevas formas de movimiento con la ayuda de diferentes formas jugadas, lúdicas, recreativas y deportivas. En estas clases el niño puede desenvolverse, ser creativo y mostrar su espontaneidad como un ser que quiere descubrir muchas alternativas que pueden ser aplicables en un futuro en su vida social y que no lo pueden lograr fácilmente en otras asignaturas del conocimiento.
Para hablar de una educación integral, en la que ningún aspecto del ser humano quede librado al azar, debemos considerar (y esto no es ninguna novedad) el cuerpo y la mente conformando una unidad, por lo que la educación física no debe ubicarse dentro del escalafón programático como la hermana menor de las disciplinas intelectuales, sino en un nivel de paridad, ya que una contribuirá con la otra para el desarrollo de logros cada vez más complejos. Vayamos a un ejemplo absolutamente cotidiano y de fácil observación. Basta señalar los avances que se advierten en la motricidad de los niños de tres años cuando trabajamos con ellos el espacio desde lo corporal y lo cognitivo, utilizando simultáneamente el trazo sobre la hoja de papel y el trabajo en el patio con gis, los niños van reconociendo, indicando, señalando, marcando, observando límites (adentro y afuera, arriba y abajo.), etcétera.
Seguramente, casi ninguno de nuestros futuros alumnos va a ser un deportista con un fichaje millonario, ni el deporte será su media de vida. Pero una actividad física adecuada posibilitará desarrollar plenamente su actividad cotidiana, sin sufrir dolores de espalda mientras trabaja en la oficina, o un incesante cosquilleo en las piernas por problemas de circulación, o unas varices por estar mucho tiempo de pies. Un tiempo adecuado de actividad física correcta, complementa de la mejor forma posible el desarrollo integral de las personas, tanto de la perspectiva mental como corporal, debiendo adecuar los minutos de estudio, con los que son necesarios para el juego o el deporte.
La inclusión de la Educación Física como un espacio respetado y asistido por la comunidad educativa necesita su acompañamiento. ¿Cómo y qué deberíamos hacer? Advertir su importancia, sus competencias y, al mismo tiempo, preparando el terreno para que la huella que deje en los niños sea perdurable y socialmente significativa. Es decir, si queremos que los niños y las familias le den importancia al área debemos comenzar por darle, nosotros como docentes, la misma jerarquía que los demás subsectores.
Comentarios recientes