Sus creadores definen a esta red social como “una comunidad infantil donde la lectura se convierte en una actividad mucho más atractiva” ya que además de leer, los estudiantes tienen la oportunidad de compartir experiencias con compañeros, profesores y amigos. ¿Por qué no realizar una sugerencia, hacer un comentario o votar un libro que les haya gustado mucho? Son otras de las posibilidades de este espacio. El papel de los adultos es importante porque sin su consentimiento los niños no pueden formar parte de ella. En el caso de los docentes, se puede utilizar para realizar un seguimiento de la actividad lectora de los alumnos.
Es una red social y buscador de carreras de estudiantes de todo el mundo en la cual sus miembros comparten experiencias y pueden descubrir habilidades que quizás no creían tener gracias a la realización de pruebas vocacionales. También ofrecen un test de orientación para aquellos alumnos que no saben que estudiar. Una vez que te has registrado, disfrutarás de todas sus posibilidades de manera gratuita. Se pueden subir contenidos no sólo en público sino también en privado y compartir lo que se escribe en otras redes sociales directamente. Asimismo, accedes a las novedades de tus contactos y universidades a las que te hayas unido, los estudiantes se mantienen informados de todo cuanto sucede en su centro… Los profesores tienen la opción de crear una clase o grupo dentro de Interuniversidades.
Reúne tres funcionalidades. La primera es la de red social en la que sus participantes menores de 18 años cuentan cómo se sienten, lo que piensan, lo que les preocupa… Para participar, eso sí, lo han de hacer a través de grupos y procesos de intervención social o educativa como institutos, asociaciones, ayuntamientos, ONGs… Asimismo, sirve como recurso TIC educativo y gratuito porque puede ser un complemento para el desarrollo de actividades de carácter educativo. Por último, funciona como periódico digital hecho por jóvenes que expresan sus ideas para que otros las conozcan.
Gracias a esta red social educativa (gratuita y desarrollada por la Universidad Rey Juan Carlos), es posible poner en práctica nuevas metodologías en las cuales el estudiante adquiere un rol activo en su proceso de aprendizaje, como flipped classroom, trabajo por proyectos, blended learning… Se trata de un entorno colaborativo de trabajo en el que ellos mismos explican y exponen conceptos a través de sus propios vídeos que, una vez publicados, se ponen en común para que el resto de los compañeros los visualicen y ofrecezcan sugerencias de mejora. Asimismo, proporciona herramientas adicionales a los profesores como la creación de rúbricas para guiar el proceso de discusión, pruebas de evaluación y analíticas de aprendizaje.
Los diseñadores de la startup sudafricana, Phractyl, han presentado un híbrido de pájaro y avión con su concepto «Macrobat», que no se parece a nada que la industria haya creado antes. Con pies de oruga, patas de pájaro, cabina y alas basculantes, el avión promete un «despegue y aterrizaje casi vertical (NVTOL), incluso desde terrenos no adecuados.
El resto es la movilidad de personas y cosas a zonas a las que no se puede acceder fácilmente con una infraestructura de transporte terrestre. Esto es especialmente relevante en el contexto africano, donde la infraestructura de transporte terrestre no está bien desarrollada. Esto significa que los aviones eléctricos de despegue y aterrizaje vertical, que no requieren terrenos y pistas preparadas, pueden encontrar popularidad.
El equipo de Phractyl ha pensado en esto, el Macrobat, un avión NVTOL con patas de pájaro, pies con orugas y alas, que parecen poder inclinarse parcialmente.
Las patas de pájaro pueden levantar, bajar, equilibrar e inclinar el cuerpo del avión. Estas patas en forma de pájaro inclinan el aerotaxi 45º para el despegue y luego se pliegan cerca de la cola. La innovadora ala del Macrobat es capaz de generar sustentación a bajas velocidades, lo que garantiza aterrizajes seguros y controlados, independientemente del estado del sistema de propulsión.
Con estas cualidades, los vehículos aéreos personales de Phractyl pretenden ampliar la movilidad en toda África sin introducir nuevas y costosas infraestructuras.
El avión eléctrico tiene una autonomía máxima de 150 km, una capacidad de carga útil máxima de 150 kg y una velocidad máxima de 180 km/h.
La empresa afirma que su avión monoplaza Macrobat puede funcionar como una aeronave o como un dron. Esto significa que el aparato puede ser pilotado por una persona, pilotado a distancia con un pasajero o pilotado a distancia sólo con carga, según la necesidad.
Las aplicaciones iniciales pueden incluir vuelos recreativos, EMT, entregas médicas, misiones de carga, inspección de infraestructuras e incluso usos agrícolas.
En cuanto al estado real de las cosas, mientras la startup no tiene más que renders y una pequeña maqueta de madera del Macrobot. El equipo está trabajando en un prototipo de sistema de propulsión y en un modelo funcional a gran escala de la aeronave. Phractyl también está buscando activamente financiación para su peculiar proyecto.
Un proyecto de investigación financiado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa en el Centro Espacial Johnson de la NASA puede haber descubierto accidentalmente cómo construir un motor warp. Los científicos publicaron sus hallazgos en julio.
Harold “Sonny” White, investigador de la NASA en el Laboratorio Eagleworks en Houston, Texas, publicó un artículo de investigación con su equipo en julio sobre la “posible estructura de la densidad de energía presente en una cavidad de Casimir”.
Según el informe, el equipo de Eagleworks encontró “una estructura a micro / nanoescala … que predice una distribución de densidad de energía negativa que coincide con los requisitos de la métrica de Alcubierre”.
En otras palabras, White y sus colegas crearon accidentalmente un experimento microscópico mientras investigaban cómo se distribuye la energía alrededor de las longitudes de onda, una teoría desarrollada por el físico holandés Hendrik Casimir. El experimento resultó en suficiente energía teórica para lograr la “velocidad de deformación”, un concepto teorizado por el matemático y físico mexicano Miguel Alcubierre.
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